7 December 2012
  • #school

Publicación en el periódico Mallorca Zeitung. Nada para “nenas”

Aquí los hombres, como máximo, les dejan gritar – pero nada más: casi una docena de mujeres quedan cada fin de semana en el CN Arenal para navegar en láser. Les entrena un francés.

Como de costumbre, Richard Mulas no tiene pelos en la lengua: “No quiero volver a ver una trasluchada tan m... como esta”, grita el francés  cuando una de sus alumnas pasa a lo largo de su zodiac con las velas desinfladas.

Es viernes por la tarde y el sol de noviembre ya está bajando en el horizonte de la Bahía de Palma. Hace más de una hora ya que Mulas pratica con sus alumnas viradas y trasluchadas en condiciones de regata. Para ello, Mulas ha colocado 3 boyas verdes, entre las cuales los Láser van subiendo de ceñida y bajando de empopada. Hoy no es tan fácil, pues, hay bastantes olas y sopla un viento constante de unos 18 nudos. Unos cuantos barcos ya han volcado, pero el entrenador Mulas no tiene perdón. Sus comandos suenan fuertes como latigazos, y quien después de la virada no suelta escota lo suficientemente rápido para cambiar de rumbo en popa, tiene que contar con duras críticas.

Pero no son adolescentes a las que les “da caña” el entrenador francés. Mulas lleva el mando de una flotilla sin igual en la escena mallorquina de vela ligera: El grupo se compone exclusivamente de mujeres entre 28 y 48 años, algunas de ellas mujeres de negocio, otras amas de casa, algunas madres de familia. Hace más o menos 3 años que empezó con su idea de fundar su “equip femení” en la escuela de vela del Club Nàutic Arenal. “Al principio eran 4 mujeres las que acudían regularmente a los entrenos de los viernes y sábados”, dice el monitor de vela, bastante orgulloso.

Hace muy poco, también se apuntó Silke Wittstock. Se había enterado de la iniciativa a través de unos amigos hacía unas semanas. “La gran mayoría de clubes de vela no ofrecen ninguna opción para entrenar adultos. Cuando me enteré, lo quise probar”, cuenta la alemana. Hasta ese momento, esta mujer de 46 años se había alquilado un láser con bastante regularidad en la escuela de vela de Calanova, para pasárselo bien navegando. Pero dice que cada vez era más difícl entrenarse: “Los cursos están dirigidos a adolescentes”.

Para Silke Wittstock, que lleva unos 12 años al mando de su propia agencia de eventos e incentivos en Palma, la gran ventaja de la vela ligera – en comparación la vela en cruceros – es la independencia: “Eres tu propio patrón, la que decide eres tú, aparte de que el contacto directo con el mar y el viento son incomparables.” Dice Wittstock que el mundo de la vela sigue estando dominado por los hombres – idea que ha ido confirmando cuando participaba en múltiples regatas en la isla, algunas de nivel muy alto, como la Palma Vela o la Copa del Rey.

Sin embargo, para ser aceptada en el "grup femení del CN Arenal", no hace falta tener tanta experiencia como la que tiene Silke. “Algunas de mis alumnas se han iniciado en la vela con nosotros, en nuestra escuela”, dice Richard Mulas. Las principiantes adquieren sus conocimientos básicos en embarcaciones más grandes. Cuando saben manejar bien la caña y la escota, pasan a navegar en una embarcación individual.

Las clases de vela ligera tienen un precio razonable: En realidad nada más se paga por el alquiler de la embarcación. De esta manera, la salida en Láser durante 3 horas, con clase incluida, cuesta 20 Euros (precio de bono, que cubre 10 salidas). Una vez adquirido ese bono por 200 Euros, los alumnos pueden decidir entre viernes o sábado. Pero muchas mujeres del equipo de Mulas ya se han comprado su propia embarcación, que dejan “aparcada” en el Club. De esta manera, el curso ya nada más les cuesta 40 Euros al mes.

“Las clases se enfocan principalmente en condiciones de regata. Les exijo un gran esfuerzo a mis alumnas, independientemente de si algún día realmente quieren participar en competiciones o no”, dice Richard Mulas. Según su experiencia, las mujeres en el mar se muestran bastante más ambiciosas que sus compañeros masculinos. “Participan con muchísimo entusiasmo – y en algunas maniobras se calienta el ambiente.”

Pero también el encantador entrenador francés tiene que contar con alguna reacción verbal por parte de sus mujeres, cuando estas piensan que se ha pasado un poco. Para reunirlas alrededor de su zodiac, durante ese entreno del viernes por la tarde, en varias ocaciones va gritando “Eh, nenas!”- hasta que le responde una, “Nenas no se dice, viejo”, y deja a Mulas sin palabra durante un momento.

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